Las naciones se han levantado
colores irascibles y un tanto claros
que opacan las sombras,
las abrillantan, inundando con zanjas.
Al morfa/La forma
que me permite el desprecio ajeno;
en una existencia gélida, tétrica y
humana. Asistencia de las almas
de un terreno recogido, fastidiado.
Los edificios y sus ventanas
se desvanecen en mis pupilas,
las puertas en mis puños
resquebrajados (sangran mis dedos)
y parece persuadirme el miedo
mientras me arrodillo sin ídolos
en frente, tampoco mis amigos.
Al morfa/La forma
en las manos los grilletes ya no aprietan,
tampoco duelen aunque
sangran. Pensaba tontamente
en mis reflejos lunares, extraviados
en estrellas como gritos.
Cómo se ha ido mi sufrimiento
en los tiempos bríos, decidiendo
aceptar mis protestas las torres
han caído. Sobre mis pechos
flojos, resentidos; y yo
volví tangible mis sonidos.
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