Conociéndote
y robando peticiones
una noche de insomnio
a los cálices desaparecidos
bajo mi rostro.
Conociéndote
junto a las luces
de otoño, también de
un insignificante invierno
engañoso.
Conociéndote
intento sentir que
sienten las miradas
de cazadores inhumanos
de espíritus o contenedores
de piedades.
Conociéndote
también conozco la furia
del dolor arrepentido
de mis pasadas sensaciones,
que a gritos se pierden.
Conociéndote
pretendo querer
sin pasar una segunda muerte
en los vientos del amor y en las
caídas de tristes pinturas óleo.
Conociéndote
sueño si me es permitido
cerrar los pórticos del odio,
abrir los de mis sentidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario